“¿Dónde puedo vivir una experiencia en la selva?” “¿Se puede ir a alguna selva cerca de Cusco?”, son algunas preguntas que nos hacemos cuando llegamos a la capital del Imperio Inca. Nos encontramos rodeado de un paisaje montañoso, con bosques y zonas áridas. Pero nos sentimos lejos de la geografía selvática. Y no es así. A pocas horas de Cusco podremos internarnos en la región Madre de Dios, que limita con la región de Cusco y Brasil a sus costados.
Videos de la SELVA de Puerto Maldonado
Madre de Dios, la selva cerca de Cusco
Pero ¿qué hay en Madre de Dios? Es una de las pocas regiones de Perú íntegramente selvática. Ostenta numerosos parques nacionales y reservas naturales. Nosotros vivimos una gran aventura en esta región. Conocimos el Parque Nacional Manu, la Reserva Nacional Tambopata y el Lago Sandoval, los atractivos principales de esta zona.
Madre de Dios es una región rica en bosques por los cuales discurren numeroso ríos. También ostenta zonas de enorme biodiversidad de flora y fauna. Tiene una compleja geografía por lo que no hay muchas rutas terrestres y existen zonas a las que sólo se puede llegar por transporte fluvial (como sucede con Iquitos). Madre de Dios tiene un clima cálido, tropical y húmedo. La temperatura promedio anual es de 26º, y las máximas pueden llegar a los 38º. El periodo de más lluvias es entre diciembre y marzo, en este tiempo las precipitaciones anuales pueden alcanzar los 1.000 milímetros. Por eso lo más aconsejable es viajar entre mayo y octubre.
Los platos de la selva
Nosotros probamos algunos platos típicos de la selva. La primera impresión es un poco fuerte pero los sabores son deliciosos. Por ejemplo, en un almuerzo probamos la Sarapatera de motelo: es una sopa con carne de motelo (una especie de tortuga de la amazonia), que a veces se sirve con su caparazón. En otra oportunidad nos servimos el asado de picuro. Este plato no es muy conocido fuera de los límites de Perú ya que el picuro es un roedor andino que se encuentra en bosques y selvas. Su carne es sazonada y asada para luego servirse con diversas verduras. Pero hay muchas más opciones, los ingredientes exóticos abundan.
La importancia de un área protegida en Madre de Dios
Antes de comenzar nuestro viaje por la selva cerca de Cusco es necesario una breve aclaración. Un parque nacional (como el de Manu) es un área natural protegida donde no se permite el aprovechamiento directo de los recursos. En cambio en una reserva nacional sí se puede pero con regulación. Esa es la diferencia fundamental. Lo que sí tienen en común es la zonificación de la región, a la cual se divide en: zona de protección estricta; zona de uso turístico y recreativo; zona de uso especial; zona de recuperación; zona cultural-histórica. Nos explicaron esto apenas preguntamos por Manu y Tambopata.
Recomendaciones para disfrutar de la selva
La primera, más que una recomendación es una obligación necesaria: tener la vacuna contra la fiebre amarilla. La consideramos muy necesaria en nuestro viaje por la selva baja. Nosotros llevamos repelente; bloqueador solar; ropa cómoda y clara; zapatillas de trekking y sandalias; un impermeable; linterna; sombrero; y también binoculares (aunque esto es opcional, si lo tienes mejor).
Parque Nacional Manu
Nuestra experiencia en la selva cerca de Cusco empezó en el Parque Nacional Manu. Hay dos alternativas para llegar a este destino. Nosotros fuimos primero por tierra y luego en barco desde la capital del Imperio Inca hasta el parque. Pero también puedes ir en avión desde Cusco hasta la capital de la región, Puerto Maldonado. Y desde allí moverte por transporte terrestre y fluvial hasta el parque. Ambas posibilidades representan una interesante aventura por la selva profunda.
En Manu hicimos turismo vivencial. Sucede que aquí viven más de 30 comunidades nativas que tienen al quechua como su lengua madre. Las mismas conservan antiguas tradiciones y costumbres. También habitan esta región poblaciones nativas amazónicas como los pueblos Matsiguenka, Amahuaca, Yine, Amarakaeri, Huashipaire y Nahua. E incluso hay otras comunidades que son llamados “no contactados” ya que voluntariamente decidieron vivir en aislamiento.
Por ríos y senderos entre la selva
El parque nacional está entre Cusco y Madre de Dios, y ostenta la mayor biodiversidad del planeta. Los paisajes son increíbles: ríos silenciosos, espejos de agua escondidos entre vegetación exuberante, los sonidos de las aves. La flora es tan abundante y exótica en el interior de la Amazonía Peruana.
¿Qué podemos hacer en Manu? Una de las experiencias más interesante fue disfrutar de todos los ambientes que existen entre la selva baja tropical hasta la puna, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar (msnm). Nosotros no sufrimos el soroche o mal de altura, pero por las dudas teníamos en nuestra mochila una Sorojchi Pills.
Nos movilizamos en embarcaciones pequeñas pero seguras por los ríos navegables de la selva y contemplamos algunas especies nativas como los lobos de río y el lagarto negro. Pero también caminamos entre bosques espesos y acampamos bajo las estrellas.
Los collpas, la casa de los guacamayos
Uno de los atractivos más bellos son los collpas, el hábitat de los guacamayos y otras especies de animales. En Manu viven alrededor de 221 especies de mamíferos tales como el otorongo, el tigre negro, sachavaca, sajino, venado, ronsoco y el maquisapa negro, entre otros. Pero también hay muchas aves, entre las se destacan el jabirú, espátula rosada, águila harpía, ganso selvático y gallito de las rocas. Lo bueno es que en el parque hay un extenso sendero elevado que cuenta con una plataforma por el cual caminamos para poder observar las aves y el infinito bosque.
Otro lugar muy bonito es el mirador de Tres Cruces ya que desde ahí apreciamos un increíble fenómeno de la naturaleza. Desde este punto se puede observar la sierra andina y el bosque nublado. A nosotros nos tocó un hermoso día despejado por lo cual el sol «sale dos veces en un mismo amanecer».
¿Sabías que Manu fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad? Y también cuenta con dos importantes centros de investigación para la Amazonia: la estación biológica de Cocha Cashu, y el centro de interpretación en el puesto de vigilancia de Limonal.
Tambopata y lago Sandoval
Un lugar increíble que conocimos después de Manu fue la Reserva Nacional Tambopata. Se encuentra muy cerca de Puerto Maldonado, lugar al que tuvimos que ir primero. Desde ahí llegamos a Tambopata primero en un bus hasta un puerto, y luego remontamos la cuenca del río Madre de Dios (puedes ir también por el río Tambopata) para finalmente entrar a la reserva. La misma tiene tiene más de 270 mil hectáreas.
Navegamos en lanchas y caminamos por selvas espesas. Acampamos en un lugar único del mundo ya que Tambopata es rica en biodiversidad. La diversidad de fauna es única: desde tucanes y guacamayos hasta monos y serpientes. Existen más de 1,200 tipos de mariposas, 632 especies de aves, 180 de peces, 103 de reptiles, 169 de mamíferos y 103 de anfibios. Tambopata es un hogar para todas estas especies, muchas de ellas en peligro de extinción, como: el yaguarundi, el puma, el jaguar, el ocelote o tigrillo, el margay, el lobo de río y la nutria.
Dentro de la reserva está el lago Sandoval. Se trata de un enorme espejo de agua de 127 hectáreas que recorrimos en embarcaciones que alquilan los pobladores. Nosotros paseamos por el lago en el marco del viaje a Tambopata aunque también puedes disfrutar de este lugar sin ingresar al parque.
Felices con nuestra experiencia por la selva cerca de Cusco, emprendimos el regreso. Madre de Dios es una región alucinante y misteriosa, y está muy cerca de la capital del imperio Inca.