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Biodiversidad de la selva alta peruana

Biodiversidad de la selva peruana

Una de las premisas que aprendemos al viajar es que “no se puede” conocer todo lo que un país tiene para ofrecernos. Estás sentado en una plaza mirando el mapa y comprendiendo que al elegir una ruta se está relegando otra. Suspiras y tratas de que no te consuma ese sentimiento mezcla de ansiedad, angustia, emoción y hasta impotencia por tener que elegir. De pronto nos damos cuenta que los países son mucho más grandes de cómo los imaginamos cuando estudiábamos Geografía en la secundaria. Y no sólo eso, sino de que hay infinitas historias, lugares, personas y culturas de las que nunca oímos hablar. Y elegimos Perú. Leímos un montón de artículos sobre Machu Picchu, Cusco, Lima o el lago Titicaca. Pero, mientras navegábamos por Internet encontramos un destino que llamó mucho la atención: la selva alta peruana.

Pero, ¿qué es la selva alta? ¿dónde queda? ¿qué hay para ver, para comer, para hacer? ¿qué pueblos o ciudades podríamos descubrir? Y uno a uno empiezan a caer nombres sobre la libreta de apuntes: Tarapoto, La Merced, Villa Rica, Pozuzo, Tingo maría, Moyobamba, Chachapoyas. Imaginamos una ruta por senderos rodeados de selva espesa, que surcan entre campos de café y plantaciones de frutas exóticas. Finalmente decidimos conocer esta región de Perú llamada selva alta. Y aunque no sea con los límites exactos de esa denominación, armamos una ruta con los que creemos son los lugares fundamentales.

También es cierto que lo planeado suele chocarse con la realidad, siempre cambiante. Pero no importa, la ruta está y luego dejamos que la realidad nos sorprenda. En esta oportunidad te contamos cómo fue nuestro paseo por la zona sur de la selva alta peruana. Incluimos en esta zona a La Merced, Villa Rica y Pozuzo como los lugares más relevantes. Pero si deseas ir al norte, te invitamos a que leas el artículo Atractivos de la ruta norte: Gocta, Kuélap y la Cultura Moche.

Características de la selva alta peruana

El viaje arranca sí o sí en Lima, allí donde nos bajamos del colectivo (o del avión, si llegaste por esta vía). Esta es nuestra ruta y te la dejamos como opción pero considera que hay mucho más. Nuestro objetivo fue poder recorrer los lugares más importantes del sur de la selva alta peruana.

Lima es una ciudad costera, que no tiene altura pero sólo aquí estuvimos tranquilos de los efectos del “soroche” o mal de altura. La región por la que viajamos tiene zonas que llegan a los 2.000 metros sobre el nivel del mar (msnm). Por eso compramos té de coca o la popular “Sorojchi Pills”. Ascendimos despacio para ir aclimatándonos. Aunque de todas formas sentimos fatiga, aliviamos los males importantes como el dolor de cabeza.

Tuvimos mucho calor ya que la temperatura en el día superó los 30 grados y nos movimos por zonas de intensa humedad. Pero en algunos lugares las noches fueron tan frías que nos preparamos para dormir con 5 grados. Por suerte llevamos ropa diversa en la mochila, lo que nos permitió andar liviano en el día (y tomar un poco de color en la piel) y abrigado por las noches. Y si hablamos de calor no hace falta que te recordemos que lleves bloqueador solar, lentes y un sombrero. Tampoco está de más un poco de manteca de cacao porque los labios se nos resecaron.

Los mosquitos son parte del paisaje por lo cual nos acostumbramos a su compañía. Estuvieron con nosotros todo el tiempo. Aquí dos detalles: el primero es que lleves en tu mochila un repelente; el segundo y más importante, tienes que tener la vacuna contra la fiebre amarilla. Nosotros llegamos a Perú ya vacunados ya que es probable que a muchos lugares no se pueda ingresar sin este carnet. Es casi tan valioso como tu pasaporte.

Llevamos zapatillas cómodas porque caminamos bastante; mucha agua (que recargamos en bonitos ríos cristalinos); una campera impermeable para las mañanas de neblina y humedad; y ropa con la que nos tiramos al agua a nadar.

Turismo en La Merced 

La Merced fue nuestro primer destino en el interior de la selva alta. Desde Lima un colectivo nos llevó hasta esta ciudad en un viaje que duró casi 8 horas por un camino asfaltado de poco más de 300 kilómetros. La Merced tiene alrededor de 20 mil habitantes y la temperatura promedio es de 23º casi todo el año. La ciudad está en la orilla occidental del río Chanchamayo que, luego, se convierte en el río Perené, un afluente del río Amazonas. Se ubica a casi 800 msnm al noreste de Lima. La zona fue poblada por los pueblos indígenas Piro, Amuesha y mayoritariamente asháninca hasta que la colonización los fue desplazando.

El paisaje cambió drásticamente. Pasamos de la árida costa peruana a la selva espesa y el calor agradable de esta región. Además de conocer la plaza central y la iglesia (que son muy bonitas) fuimos al mirador Cerro La Cruz. También visitamos el Zoológico Gallito de las Rocas. En los alrededores de la ciudad hay cascadas y está el río donde nos refrescamos. Elegimos quedarnos un par de noches aquí ya que lo pasamos muy bien.

La ciudad del café: Villa Rica

Luego de disfrutar un par de noches en La Merced remontamos el río Chanchamayo en colectivo rumbo a Villa Rica. El camino costea este hilo de agua durante gran parte del circuito hasta que en la Región de Pasco empiezan a tomar rumbos distintos. Mientras el río va hacia el mar, nosotros subimos por la montaña. Llegamos a una zona conocida como “la tierra del café”.

Ya nos encontramos a una altura de 1.470 msnm. La temperatura sigue oscilando entre los 21º pero la humedad (89% en promedio) es más intensa así que el calor se tornó un poco agobiante. Pero resistimos. Nos encontramos en plena selva alta peruana, entre la Cordillera de los Andes, la Cordillera Oriental y el llano Amazónico. La selva alta se extiende desde los 750 msnm hasta los 2.068 msnm. Una de las características de esta región es su variedad geomorfológica marcada por profundos cañones, ásperos contrafuertes, innumerables quebradas y extensos valles en donde se desarrolla una vasta diversidad biológica. Miramos con admiración árboles de más de 20 metros de alto y nos dejamos envolver por la niebla de la mañana. Lo que más nos gustó fueron los ríos calmos y las pequeñas embarcaciones que lo surcan.

En Villa Rica hicimos agroturismo y conocimos cómo se produce el café. Incluso en la plaza central nos topamos con una cafetera gigante y un monumento que representa la caficultura (es un nativo yánesha cargando un grano de café), principal actividad de esta zona. A 30 minutos de la ciudad está el lago Oconal que visitamos. Y también hicimos trekking hasta la Catarata El León, a sólo 5 kilómetros. No te preocupes por el dinero ya que hay bancos para retirar soles. También hay hostales y restaurantes así que viaja tranquilo. Nos quedamos tres días y dos noches en esta región. Inmediatamente empezamos a imaginar el próximo destino: Pozuzo.

Historia de Pozuzo y sus colonias austro-alemanas

Lo primero que aprendimos de Pozuzo es que un pueblo donde los idiomas oficiales son el español y alemán. Aunque fue fundado a mediados del siglo XIX por colonos austríacos y alemanes, en la zona donde hoy existe Pozuzo vivían comunidades aborígenes. Se destacaron los amajes y los amueshas o yaneshas. También se encontraron vestigios del Imperio Inca, que llegaron a conquistar esta región.

En esta zona el clima se divide en verano (de mayo a octubre) e invierno (de noviembre a abril). La primera temporada es más seca y la segunda se caracteriza por las constantes precipitaciones. La temperatura es agradable y casi no hay mosquitos por lo que nuestra estancia fue mucho más placentera. Pasamos varios días en esta ciudad que mantiene costumbres y arquitectura europea. Compramos algunas artesanías que vinculan antiguas tradiciones con la modernidad y aprendimos danzas europeas como la polka !Fue muy divertido!

Algunos platos típicos que probamos son: la sopa de albóndigas de arroz, sopa de gallina con schitala (schitel suppe), Butternockensuppe, Brennsuppe (sopa de harina de maíz tostado), Frittatensuppe, albóndigas de carne, salchichas (Wurst), Schiwel Wurst, Wiener Schnitzel, Gulasch mit Spatzeln, Strudel (enrollado de plátano), Schtraubalan (tortillas), buñuelos, Käsekuchen (pastel de queso).

¿Por qué decimos que Pozuzo es el último destino en este viaje en el que descubrimos la biodiversidad de la selva alta peruana? Por los acceso. Hay un tramo que une a Oxapampa con Pozuzo, de más de 75 kilómetros, que es de tierra. En época de lluvias el acceso es casi imposible ya que la zona queda totalmente incomunicada. De todas formas no nos preocupamos mucho ya que hay varios colectivos que van de Pozuzo a Lima. Nos costó alrededor de 150 soles. También hay coches que te pueden llevar y traer por menos dinero, pero optamos por el colectivo.

Si estás en Perú y deseas aventurarte a destinos poco turísticos haciendo tu propia ruta, esperamos que elijas el sur de la selva alta y lo disfrutes tanto como nosotros. Este viaje lo hicimos 10 días pero se puede hacer en menos tiempo. Nosotros nos llevamos unos recuerdos imborrables de esta zona de Perú.

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