Permíteme ser franco. Cuando un viajero me pregunta por el «Inka Jungle», casi siempre puedo ver la imagen mental que tienen. Bicicletas volando por acantilados, grupos de jóvenes de 18 años cubiertos de barro y una especie de fiesta interminable hasta Machu Picchu. Es una marca potente. Y, francamente, es una reputación que se ha...Leer más