Viajar a un país distinto, lejano y con una cultura completamente diferente es una experiencia emocionante, pero también implica ciertos riesgos que no podemos pasar por alto. No es lo mismo salir de excursión cerca de tu ciudad o dentro de tu propio país, donde conoces la cultura, hablas el idioma y tienes acceso inmediato a servicios médicos o legales si algo sale mal. Cuando viajas lejos, los desafíos son mayores, y es ahí donde cobra importancia elegir un servicio turístico que priorice tu seguridad y bienestar.
Hoy en día, muchas agencias de viajes y operadores turísticos compiten por ofrecer los precios más bajos para atraer clientes. Sin embargo, detrás de estas tarifas económicas suelen esconderse múltiples riesgos que pueden arruinar por completo tu experiencia. ¿Por qué? Porque para reducir costos, muchas de estas empresas sacrifican aspectos fundamentales como la seguridad, la calidad del transporte, el alojamiento y hasta la alimentación. Y cuando se trata de tours de aventura, donde ya de por sí hay riesgos naturales e imprevistos, esto puede tener consecuencias graves.
Es común encontrar relatos de viajeros que llegan a Cusco emocionados por su visita a Machu Picchu y se encuentran con sorpresas desagradables: sus entradas no fueron compradas, los guías no están capacitados, los equipos no son adecuados, o los alojamientos son inseguros y poco higiénicos. Imagina estar en un país extranjero, con un idioma diferente, y darte cuenta de que todo lo que te prometieron no existe. Resolver este tipo de problemas en un lugar donde no manejas el idioma o no conoces las leyes puede ser un verdadero dolor de cabeza.
Además, en tours de aventura, donde se realizan actividades como ciclismo de montaña, caminatas por senderos remotos o deportes extremos, es crucial contar con equipos de calidad, guías capacitados en primeros auxilios y protocolos de seguridad claros. Inclusive trabajamos mediante alianzas estratégicas con comunidades y proveedores locales que permiten un auxilio rápido en casos de emergencia. Por ejemplo: hace unos años hubo derrumbes y aluviones en la región Cusco y muchas personas quedaron varadas en el camino, fue una situación crítica ya que no había forma de conseguir ni siquiera el auxilio del gobierno. Entonces fueron nuestros guías y socios locales quienes tuvieron que alojar y alimentar a cientos de viajeros, incluso de otras agencias, que quedaron abandonados y muchos de ellos heridos. En esos momentos te preguntas: ¿De verdad valió la pena arriesgar tu integridad por ahorrar un poco de dinero?
Otro factor importante es la gestión de imprevistos. Los viajes, por más planeados que estén, siempre pueden presentar situaciones inesperadas: cambios climáticos, problemas de salud, accidentes, o incluso conflictos sociales. Las agencias que priorizan la seguridad y el bienestar de sus clientes cuentan con planes de contingencia, acceso rápido a asistencia médica y redes de apoyo locales. Las empresas que ofrecen tours baratos suelen carecer de estos recursos, dejándote desprotegido ante cualquier emergencia.
También es fundamental considerar la calidad de los alojamientos y la alimentación. Un buen descanso y una nutrición adecuada son esenciales para disfrutar plenamente de actividades exigentes. Los tours económicos muchas veces incluyen hospedajes de mala calidad, alejados de las rutas turísticas, con medidas de seguridad deficientes. Y ni hablar de la alimentación: comida de baja calidad o poco higiénica puede arruinar días completos de tu viaje. Sabemos de muchos casos de viajeros que durante y luego de realizar el tour terminan o lleno de piojos o con una infección estomacal debido a parásitos que consiguieron en los restaurantes donde comieron. Esto ocurre básicamente porque los servicios baratos trabajan con proveedores locales que les ofrecen asimismo alimentos y un servicio de muy mala calidad. Los pobladores locales no suelen sufrir de los mismos problemas y por tanto no consideran necesario hacer mejoras en la calidad con la que preparan los alimentos, muchas veces hemos tenido que atender situaciones de emergencia debido a problemas de salud que esto conlleva.
Otro riesgo común es la sobreventa de entradas a Machu Picchu. Muchas agencias informales prometen entradas sin haberlas comprado, y cuando los viajeros llegan a Cusco, descubren que no hay disponibilidad. Esto significa perder la oportunidad de conocer una de las maravillas del mundo por confiar en servicios poco responsables. Contratar agencias serias garantiza que tu entrada a Machu Picchu esté asegurada con anticipación y a tu nombre, eliminando el riesgo de fraudes.
Al evaluar el precio de un tour, también debes considerar el transporte. Las agencias que buscan reducir costos suelen utilizar vehículos sin el mantenimiento adecuado y principalmente con conductores poco capacitados. No pueden pagar conductores con experiencia y esto incrementa el riesgo de accidentes, especialmente en rutas montañosas y caminos rurales. Un buen servicio turístico tiene que asegurar un transporte seguro, cómodo y con conductores profesionales. El año pasado en Cusco se registraron muchos accidentes debido a la poca experiencia de muchos conductores e inclusive se registró alguno de ellos en estado de ebriedad. Esto es común en países como los nuestros, es por ello que tenemos que trabajar en la búsqueda de los mejores y capacitarlos constantemente.
Muchas veces, quienes buscan ahorrar al máximo en sus viajes no consideran que podrían enfrentar situaciones legales o de salud donde su identidad, seguros o documentos no sean fácilmente reconocidos. Un accidente o una emergencia médica en otro país puede complicarse mucho si no cuentas con el respaldo de una agencia seria que te brinde soporte. La barrera del idioma también puede ser un obstáculo en estas situaciones ya que en muchas regiones del Perú no se habla castellano, sino el quechua, por tanto trabajamos también con guías que puedan solucionar estos percances de manera natural y rápida.
Una de las razones por las que muchas agencias y operadores turísticos en Perú ofrecen precios extremadamente bajos es porque sus márgenes de ganancia son mínimos, a veces apenas de $5 dólares por persona. Este modelo de negocio ignora costos cruciales como el mantenimiento y depreciación de los vehículos, el desgaste físico de los guías —que suelen enfrentar lesiones y daños en sus articulaciones por las exigencias físicas—, y el uso indiscriminado de recursos que impactan negativamente en el medio ambiente. Estas empresas no consideran la inversión necesaria para operar de forma sostenible, lo que compromete seriamente la calidad y la seguridad del servicio.
Lamentablemente, existen tristes experiencias de accidentes e incluso muertes en actividades de aventura debido a decisiones irresponsables de algunas agencias. Un caso alarmante fue el de una agencia que, para reducir costos, contrató a un operador local de rafting que ya había tenido antecedentes de accidentes con otros viajeros. Ignorando estos antecedentes, siguieron trabajando con ellos por sus bajos precios. El resultado fue devastador: ocurrieron accidentes fatales que pudieron haberse evitado con una mejor gestión de riesgos y mayor inversión en seguridad. Situaciones similares han ocurrido durante actividades de trekking, rafting y hasta en el transporte, todo por priorizar el ahorro sobre la seguridad. Estos incidentes son un recordatorio doloroso de lo peligroso que puede ser elegir servicios inseguros.
Por eso, pagar un poco más por un servicio de calidad es invertir en tranquilidad. Es saber que, si surge algún inconveniente, habrá un equipo preparado para apoyarte. Es disfrutar del viaje sin preocupaciones, con la seguridad de que cada detalle ha sido planeado pensando en tu bienestar. Es proteger lo que probablemente sea una experiencia única en la vida.
Los destinos como Cusco y Machu Picchu son lugares mágicos que merecen ser disfrutados plenamente. No pongas en juego tu experiencia por ahorrar dinero. Reflexiona sobre lo que realmente valoras en un viaje: comodidad, seguridad, bienestar y la certeza de que cada momento será memorable.